Nuestro mundo en crisis
El conflicto de Ukrania se está evidenciando, cada vez s, una confrontación entre
bloques, una especie de inicio de guerra mundial. Cada día se avanza más hacia esa
tragedia. Los contendientes no dan ni un solo paso para poner fin al conflicto, al
contrario, cada día van tomando iniciativas que agravan más la situación; últimamente
incluso se habla del posible uso de armas nucleares.
Cuando hablamos de confrontación entre bloques nos referimos al hecho de que la
OTAN está siendo un protagonista importante en el conflicto. Su implicación afecta
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bién a nuestro país por la nefasta decisión de integrarnos en ese bloque
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vamos a librar de las consecuencias que va a generar, que está generando ya, la guerra.
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undo está en una crisis que se agrava sin cesar
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inar algunos de los
signos de la crisis que nos acecha. Se está percibiendo en nuestro entorno la degradación
del nivel de vida de la población; los precios suben sin cesar y todo indica que en los
próximos meses aumentará la inflación y la carestía de los recursos necesarios.
La batalla política que está teniendo lugar en nuestro país sobre el tema de los impuestos
tiene por objeto engañar una vez más al pueblo. En un contexto de lucha de clases, como
es nuestra sociedad, no se puede hablar ambiguamente, en abstracto, sobre impuestos;
hay que aclarar a quién se quiere aumentar o rebajar los impuestos. Y sobre todo, hay
que aclarar para q sirven los impuestos. Sobre estos temas hay mucha confusión
interesada en posicionamientos políticos que se vienen haciendo últimamente en España.
La derecha política está haciendo una bandera del eslogan Bajada de impuestos, de
una manera genérica, sin precisar de qué se trata realmente. Al hacer esa propuesta,
seguro que no se está pensando en bajar las retribuciones de los parlamentarios y tantos
cargos públicos que se nutren de los impuestos. Tampoco se piensa en dejar de pagar, o
rebajar, el tributo a la gran potencia imperialista dominante a escala mundial, en forma
de compra de armas; eso también sale de los impuestos que pagamos. Entonces, ¿qué
repercusión tendría en realidad la bajada de impuestos reclamada por la derecha? Los
impuestos sirven también para sostener los servicios sociales: sanidad, pensiones,
educación He ahí la verdadera víctima de la solicitada bajada de impuestos. Sabemos
que en la etapa de gobierno de Rajoy esos servicios sufrieron recortes, y en las
comunidades autónomas regidas por el PP es evidente el deterioro de los servicios
sanitarios y educativos. La finalidad de la derecha es la privatización de esos servicios:
que tengan sanidad, educación y seguridad quienes puedan pagárselos. Y para alcanzar
ese fin se cuenta con la ignorancia y colaboración de las clases sociales que resultarían
perjudicadas.
La ignorancia de los pueblos y sus clases oprimidas se manifiesta también en otro tema
de actualidad de nuestro mundo en crisis. Se trata del auge que es adquiriendo el
fascismo, como vimos recientemente en Italia. Ese movimiento político progresa
también en otros países europeos: Hungría, Suecia, Francia, Alemania, Polonia… e
incluso en nuestro país, y lo hace, sorprendentemente, con apoyo de masas populares. El
fascismo nació en un contexto determinado: La Gran Guerra (1914-1918) produjo
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- 4 de octubre de 2022
muchas penalidades que provocaron revueltas de las clases bajas y que culminaron por
la Revolución Rusa de 1917 y la subsiguiente creación de partidos comunistas en los
países industrializados. La burguesía se puso a la defensiva y generó el fascismo como
una reacción histérica a lo que parecía anunciar el fin del capitalismo. La finalidad o
razón de ser del fascismo es enfrentar a obreros contra obreros, movilizar las clases
populares contra fuerzas políticas que pretenden, precisamente, liberar a las clases
populares. Es claro que para conseguir eso es preciso que los explotados no tengan
conciencia de clase sobre su situación de explotados, es decir, que ignoren todo sobre la
lucha de clases, que no sepan nada de historia, ni de economía…
La gente desinformada es fácil presa de quien quiera utilizarla en provecho propio. Ya
vimos el engaño que persigue la propuesta de reducción de impuestos, y recordamos que
la pertenencia de España a la OTAN se consagró por un referendum en el que una
mayoría de la población voto a favor de ese paso tan dañino y peligroso para nuestro
pueblo. Puede parecer extraño e increíble que amplios sectores de la población voten y
actúen en contra de sus propios intereses, a favor de sus explotadores, pero en realidad
esto es un esquema bastante frecuente en la historia, por eso el mundo está tan mal como
está. Los cristianos conocemos bien el caso de la población de Jerusalén que, al decidir
entre Jesús y Barrabás, eligió liberar a Barrabás y condenar a muerte a Jesús. En esa
decisión estaba ya el germen de la desgracia que ese pueblo sufriría 40 años más tarde.
Lo que significaba Barrabás conducía inevitablemente a la guerra contra los romanos
que sería una gran catástrofe para el pueblo judío. Decisiones nefastas como esa la
toman actualmente los pueblos cuando votan cada tres o cuatro años a partidos
burgueses, y en referendums como el de la OTAN, o el de los ingleses sobre el BREXIT.
La propaganda fascista funciona como un banderín de enganche para gente muy diversa
y motivada por causas diversas: racismo, machismo, xenofobia, integrismo religioso,
negacionismo… A cada tipo le vende el discurso que le gusta. Pero al fascismo no le
mueven esas causas. Su función es la defensa del capitalismo. Se trata de movilizar
desinformados para que apoyen en las urnas a los partidos fascistas y, llegado el caso,
movilizar a los más violentos para actuar en la calle como hacían las squadristi di
combattimento de Mussolini y las S. A. de Hitler.
Llegado el caso. He ahí lo sorprendente del fenómeno del fascismo actual. Hoy no
existen las condiciones que generaron la aparición del fascismo en el siglo pasado. No
existen partidos comunistas potentes, la Guerra Fría culminó con la crisis del sistema
socialista. En los países industrializados los trabajadores votan masivamente a los
partidos burgueses… Así pues, ¿contra qué se moviliza el capitalismo actualmente?
Diríase que está temiendo que se reproduzcan las condiciones que le hicieron necesaria
en su día la creación del fascismo clásico, es decir, algo así como ponerse la venda antes
de que se produzca la herida. Si esto es así, es de temer que ya se está contemplando
como inevitable que se produzca una Guerra Mundial como la que en el siglo pasado
puso en marcha todo el proceso: penalidades, descontento popular, revoluciones
proletarias, creación de potentes partidos proletarios… Los conflictos militares que están
teniendo lugar en el mundo, incluso en Europa, hacen temer que nos encaminamos a una
catástrofe como las pasadas guerras mundiales. Los errores se pagan, y nuestro mundo
persiste en los errores que producen guerras y todo tipo de crisis: egoísmo, violencia,
explotación, depredación… Nuestro mundo sigue eligiendo continuamente a Barrabás y
rechazando la enseñanza del Maestro Jesús que se expresa en las Bienaventuranzas.